Calidad de Ambiente Interior

Se define como Calidad de Ambiente Interior (en adelante CAI) al conjunto de condiciones ambientales existentes en un recinto cerrado, instalación y/o edificación. Esta herramienta es exclusivamente de aplicación a edificios de oficinas excluyendo otro tipo de instalaciones.

Cualquier condición ambiental que rodee un puesto de trabajo es susceptible de ocasionar problemas más o menos graves a los trabajadores de un determinado lugar de trabajo. Los principales factores ambientales que influyen en la calidad del entorno laboral son:

• El ambiente térmico.
• La calidad del aire.
• El ruido y las vibraciones ambientales.
• La iluminación del puesto de trabajo.

Todos ellos pueden verse influidos por factores externos e internos.

El ambiente térmico es un factor ambiental que comprende diversas variables (tem­peratura, humedad, velocidad del aire, actividad física, etc.) que pueden provocar una gran diversidad de sensaciones térmicas en los trabajadores. Es un factor sub­jetivo, por lo que suele ser muy complicado encontrar un punto de confort térmico común para todos los trabajadores que comparten un lugar de trabajo.

La calidad del aire en el lugar de trabajo es esencial para sentirnos confortables en un puesto de trabajo. Sobre ella pueden influir varios factores, principalmente de origen químico y/o biológico, jugando un papel importantísimo la ventilación. El factor ambiente térmico también puede influir en la calidad del aire (por ejemplo, un aumento de la temperatura puede favorecer la volatilidad de ciertos compuestos químicos o la proliferación de determinados mohos y bacterias). La gran complejidad para valorar los problemas derivados de una mala calidad del aire surge de la dificultad de identificar las fuentes del problema, la inespecificidad de los síntomas y la frecuente multicausalidad.

El ruido y las vibraciones son factores ambientales físicos presentes en las oficinas. Es poco habitual que el ruido se produzca a niveles que puedan producir daños auditivos, si bien puede resultar muy molesto y dificultar la concentración, la atención en el trabajo y las conversaciones. Aparte de la intensidad sonora y de la frecuencia, la apreciación del ruido va a depender de las características individuales y de la complejidad de la tarea. Respecto a las vibraciones, es uno de los factores menos estudiados y en ocasiones puede resultar complicado identificar su procedencia.

La iluminación, aunque aparentemente es un factor fácil de identificar y de valorar, tiene una gran complejidad, especialmente para conseguir una adecuada intervención en caso de que no estén correctamente diseñados los lugares y puestos de trabajo.

Todos estos factores de riesgo ambiental en su conjunto, o a veces por separa­do, pueden generar molestias importantes a los trabajadores e incluso afecciones graves para su salud. Por ello, es muy importante encontrar la armonía entre todos ellos para alcanzar una CAI saludable y confortable.

Por último, es importante destacar que algunas características de la población (por ejemplo, el sexo o la edad) pueden modificar la percepción de la CAI, así como la posibilidad de que algunas situaciones (por ejemplo, la insatisfacción laboral, la mala relación con los compañeros, la monotonía del trabajo, los problemas per­sonales, etc.) induzcan a la aparición de “falsas” molestias relacionadas con el ambiente interior o acentúen las molestias preexistentes. Por ello, aunque estos factores no se valoren directamente, el técnico deberá tener en cuenta estas cir­cunstancias en todo estudio de la CAI en los lugares de trabajo.

Fuente:

Calidad de ambiente interior en oficinas; identificación, análisis y priorización de actuación frente al riesgo. - Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT)

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